miércoles, 28 de marzo de 2018

Este jueves un relato


http://eldemiurgodehurlingham.blogspot.com.es/2018/03/este-jueves-un-relato-dibujos-acuarelas.html


Nos propone el Demiurgo escribir lo que la inspiración nos permita basándonos en una o más de una serie de ilustraciones propuestas. Esto es lo que ha salido.


 JUEVES DE DEMIURGO


Hoy he soñado de nuevo con el arquero y con su capucha verde, con aquella noche en la que me salvó o creyó salvarme. Podía haber escapado yo solita, debí hacerlo, pero algo no funcionó como tenía que haberlo hecho, mi mente se dejó engañar, todavía me estremezco de placer solo de recordarlo.
Todo comenzó con el árbol, el mismo por el que trepaba de niña para escapar de las persecuciones de mi medio hermano, de la muerte de mi madre,  el mismo en el que me escondía cuando  no quería que nadie me encontrara, donde podía hablar sola, un lugar en el que perderme y existir. 
No me vais a creer, pero ese árbol del que os hablo cobró vida atrapándome entre sus ramas, apretando mi cuello, mientras notaba  cómo el aire penetraba con mayor dificultad cada segundo que transcurría, cómo intentaba gritar sin conseguirlo, cómo me acercaba a la muerte en silencio, sin que nadie sospechara  lo que estaba ocurriendo; será masoquismo, pero aquella sensación de deleite y dolor que invadía mi cuerpo  me excitaba muchísimo. Notaba la dureza de las ramas, como si fueran dedos, impidiéndome respirar, sujetando mis manos y mis tobillos para que no pudiera defenderme. 



En ese momento, en el que estuve a punto de abandonar este mundo sin hacer ruido, cuando cerré los ojos para disfrutar de tan inesperado como surrealista final, apareció él: el hombre del arco y de la capucha verde. De un único flechazo destrozó el centro neurálgico de mi vegetal ¿enemigo?, obligándole a retraer sus extremidades apartándolas de mi cuerpo. Los dos escuchamos el gutural grito que brotó de sus entrañas al soltarme.




Caí al suelo mareada, con el cuello amoratado, con laceraciones sangrantes en las extremidades y confundida por aquella extraña experiencia que acababa de vivir.

Soy Duality, la mujer felina, un ser híbrido, tan sexual como peligroso, mis poderes son sobrehumanos, cualquier hombre sucumbiría a mis encantos, aunque no me hago responsable de lo que pueda ocurrir después…, estoy entrenada para matar, jamás un árbol podría derrotarme, pero aquel tenía algo especial.



Horas después desperté en su cama, mis heridas ya habían cicatrizado, no os extrañéis, mi genética no es como la vuestra, aunque mi cerebro seguía confuso.

Hoy he soñado de nuevo con el arquero y con su capucha verde. Me despierto y siento el calor de su cuerpo junto al mío, todavía es de noche, duerme. Me levanto y me acerco a la ventana, necesito respirar aire fresco. Cuando nota mi ausencia camina descalzo hasta mí, me abraza por la espalda.



Sé lo que están pensando, lectores. No hace falta que digan nada, lo sé. Sé que los árboles no suelen cometer intentos de asesinato, sé que nadie cree mi historia, que piensan que Duality es un personaje de mi trastornada cabeza, que no existe ningún arquero encapuchado con un modulador de voz que me salvara aquella noche y que me esté abrazando ahora. Pero mi mundo es mucho más completo desde que Arrow, ¿me permitís que le llame así? forma parte de él. Aunque tengamos que vivir aquí los dos, aunque me sigan aumentando la dosis de mi medicación.






Me he pasado de palabras, lo sé, no me regañéis mucho :)

Aprovecho para dejar los links a dos entradas anteriores en la que ya aparecía el personaje de Duality




No os olvidéis de pasar por el blog de El Demiurgo y disfrutar con los relatos del resto de participantes.



¡Nos leemos pronto!















sábado, 24 de marzo de 2018

TE AVISÉ

You know that I'm no good.
Amy Winehouse.


Te avisé.
Te dije que no soy buena,
que soy complicada, 
que te haría sufrir,
que soy rara,
que canto,
y río,
y lloro,
y escribo
sin motivo,
porque me apetece hacerlo,
porque no me importa lo que piensen los demás,
porque necesito ser diferente,
porque me gusta serlo,
porque he sufrido,
porque sé lo que es estar sola,
porque te quiero demasiado para dejarte,
pero no podrás cambiarme,
no voy a hacerlo.
Te avisé.
Y ya no estás.
Y ya no canto.
ni rí
o,
solo lloro por ti
en el suelo de la cocina
y escribo poemas oscuros,
como este,
como mi alma,
como mi vida.





De mi poemario Cuando sabes que estás muerta.